viernes, 24 de agosto de 2007


Almacenaje y manipulación de Productos Químicos

Para almacenar con seguridad los productos químicos hay que reconocer los peligros de cada uno. Muchos materiales presentan más de un riesgo de incendio o explosión y, para conocer a fondo los riesgos potenciales de cada producto es preciso leer detalladamente toda la información suministrada por su fabricante. Además, las cantidades almacenadas y su reparto influyen sobre la seguridad general.
Junto con los riesgos potenciales de cada producto es preciso conocer el proceso en el cual se van a utilizar para determinar los métodos más seguros de manipulación. Deben conocerse la temperatura, presión y concentración de todos los productos químicos que participan en un proceso de fabricación.
Otros factores importantes son los riesgos que pueden originar los productos intermedios en condiciones normales de funcionamiento y los que pueden formarse por contaminación o funcionamiento anormal.
El almacenamiento y manipulación de productos químicos sólo pueden llevarse a cabo con seguridad si se tiene una información completa sobre los factores en juego.

Principios de un almacenamiento correcto

Separación: El primer principio para almacenar debidamente los productos químicos consiste en separarlos, tanto a nivel de almacenamiento como de manipulación y procesado y, sobre todo, de los productos incompatibles. Esta separación puede conseguirse almacenando los productos en edificios separados o dividiendo el mismo edificio mediante paredes corta-fuegos. Dentro del mismo, la separación puede realizarse dejando una zona vacía intermedia o por un almacenaje intermedio de materiales inertes o exentos de riesgos.
Las distancias de separación dependen de la cantidad de materiales almacenados, de su estado físico y de su grado de incompatibilidad. El comportamiento al fuego de los materiales influye también sobre estas distancias. Hay que tener en cuenta la posibilidad de rotura de los recipientes y mezcla de materiales incompatibles en caso de incendio.

Protección contra daños directos: Los recipientes destinados a almacenar productos químicos están diseñados para ser compatibles con los materiales que contienen. Sin embargo, si los recipientes son sometidos a manipulaciones desconsideradas, los desperfectos resultantes pueden originar el derrame de su contenido y consecuencias a veces incalculables sobre los riesgos de explosión e incendio. Por esta razón, resulta muy importante proteger los recipientes para evitar desperfectos físicos durante el transporte, trasvase y almacenaje.

Señalización de las zonas peligrosas: todas las zonas de almacenaje deben presentar en lugares bien visibles los rótulos normalizados que indiquen los materiales almacenados en la zona. Si se almacenan en una misma zona, materiales con niveles de riesgos distintos, la señalización ha de corresponder al riesgo más grave de inflamabilidad, reactividad o peligro para la salud presente en dicha zona.

Medios de control de los incendios: La capacidad de reacción del producto químico, su estado físico (sólido, líquido o gas), su toxicidad y los productos de combustión previsibles determinan la selección de los agentes extintores adecuados. El agua es el agente extintor más utilizado, excepto cuando los productos químicos pueden presentar una reacción peligrosa con ella. Sin embargo, la toxicidad del material en el agua debe tenerse en cuenta como factor adicional, ya que la contaminación especialmente de los suministros de agua potable, debido a los vertidos tóxicos, pueden constituir un peligro muy importante.

Siempre que sea posible se deben utilizar medios automáticos de protección en los almacenes. Se ha de especificar la protección necesaria en función de la importancia del riesgo de incendio, de la distribución de los materiales y de la cantidad máxima que pueda almacenarse.

La extinción manual de incendios, como complemento de la protección automática, puede verse considerablemente limitada por la toxicidad del material, la naturaleza de los productos de combustión o la posibilidad de que se produzcan explosiones en zonas que almacenan productos reactivos. Por tal motivo las brigadas de incendio y/o equipos profesionales deben utilizar respiradores autónomos para evitar la inhalación de materiales tóxicos. Obviamente, si hay peligro de explosión, la extinción manual debe hacerse desde un lugar alejado y en algunos casos ni siquiera debe intentarse aproximar a la zona para aplicar cualquier método manual de extinción.

lunes, 20 de agosto de 2007

LA LUCHA CONTRA INCENDIOS EN LA AVIACIÓN


De la misma forma que el poder aeroespacial, con los avances de la tecnología y su aplicación, así como la aparición de nuevas premisas que sustituyen paradigmas (interprétese a modo de ejemplo, en éste caso el antiguo concepto que para volar se necesitaban “bastoneros”, hoy se requieren “niños que hayan jugado al “Nintendo” para conducir aeronaves pilotadas a control remoto – para evitar mayores bajas en filas propias), en las otras ramas del acontecer sucede lo mismo.

Hoy los Bomberos también, tienen que dejar de ser “apaga incendios” para ser verdaderos profesionales; estudiosos del tema y de toda la tecnología aplicada a equipos, productos y sistemas, que no solo evitarán la gestación de los incendios, sino que al suceder alguna contingencia minimizar al máximo la pérdida de vidas, materiales y operatividad.

En tal sentido, intentando contribuir con vuestra actividad y la formación de todo un concepto de “administración de empresa – gerencial”; el espectro de conocimientos que debe existir alrededor de toda la profesión, reciban un par de puntos en los cuales seguramente se deberían apuntar también las baterías, para optimizar vuestra gestión y ahorrar ingentes esfuerzos en el logro de vuestras metas y objetivos y preservar al máximo los escasos dineros que asigna el Estado en procura del cumplimiento de la misión.

Uno de ellos es el “Entrenamiento para la Emergencia”. De la misma manera que el piloto constantemente, está estudiando los sistemas de la aeronave, las técnicas, tácticas y procedimientos de empleo y emergencia, para tener todo estipulado y saber que hacer cuando algo se sale de control. Existe todo un andamiaje en la estructura organizacional que también se equipa y prepara en los “Planes pre – Accidentes” para actuar eficaz y eficientemente ante cualquier tipo de contingencia.

Hoy en el mundo obviamente, se utilizan software y técnicas avanzados para simular y actuar en forma periódica, recurrente y conjunta pilotos de aeronaves, servicios de control de tránsito aéreo, servicios de bomberos y asistencia médica, servicios de mantenimiento, policía aérea, peritaje, y otras fuerzas vivas de la nación que le competa intervenir en cualquiera de éstos casos.

La pregunta para poder entender esto correctamente es: “¿está usted seguro (si es responsable ó lo será en un futuro cercano) que todos los actores saben exactamente que hacer en caso de una emergencia en su aeródromo, o en los alrededores, en las instalaciones, operaciones, cómo: cuales son las vías de aproximación más rápidas y seguras para llegar al lugar del siniestro; cuales son las limitaciones de su vehículos de lucha contra incendios en lo concerniente a velocidad, banqueo en terrenos anegados, centros de gravedad con el vehículo cargado, etc.?; funcionan bien los equipos de lucha contra incendio?; cuándo los probó por última vez?; cual es el potencial extintor?; cuanto tiempo demoran en ponerse los equipo de protección personal?; han hecho prácticas últimamente con las herramientas hidráulicas y neumáticas para rescate de tripulaciones?; sabe cuales son los procedimientos de seguridad y operación de los equipos de respiración autónomos? . . .

Está realmente entrenado el personal para hacer todas las comunicaciones, y sabe utilizar los sistemas alternativos para solicitar la ayuda externa?, hay gente preparada para oficiar como Coordinador General en caso de contingencia? Y sabe a quién delegarlos según el teatro de operaciones?.

Cómo usted podrá apreciar surgen múltiple cantidad de preguntas que naturalmente generan duda. Y a eso hay que agregarle, que si el siniestro ocurre ahora, y si usted no está preparado, seguramente no tendrá tiempo en estudiar el manual. Más, es posible que en esos breves momentos vitales para controlar una emergencia, siquiera se acuerde cual es el teléfono para solicitar ayuda, excepto usted haga bastantes prácticas de simulación y se habitúe de que pasos deba dar para cada condición que prevea.

A eso, me gustaría agregarle e intentar derribar un mito, que usualmente antepone cualquier tipo de decisión cuando se diseña o proyecta edificaciones, reciclan o acomodan y en especial, aquellas donde se intenta preservar equipos de alto valor, tal como pueden ser los aviones, sensores remotos, centros de procesamientos de datos, sistemas de comunicación, salas de mando y control, etc.

Éste es el según punto sobre el cual usualmente, se cree que ante un incendio “uno corre”; se aleja del lugar, y así fácilmente pueda salvar su vida. Es correcto, y ojala todos tuvieran esa predisposición bien clara. Lo único malo, es que a veces también no se tiene esa ventura, y deba enfrentarse al flagelo que lo acucia. Entonces, pasa a tener valor el diseño y el proyecto para tener una buena protección estructural y activa, que aparte de permitir salvaguardar la vida, proteja también los materiales y la operativa, dentro de una relación beneficio versus costo buena y que asegure la preservación del potencial de combate de la nación.

Entonces, debe incorporarse a los costos de cualquier infraestructura, los costos de protección basados en normas, construidos con materiales certificados, y ensayados por laboratorios reconocidos, de manera de asegurar su eficacia y eficiencia en el correr del tiempo y contribuir además, con otras regulaciones como son las de protección ambiental y económicas, vitales para proyectar la existencia de la Fuerza y el cumplimiento de su misión.
En conclusión. De la misma manera que deben atenderse aspectos inherentes a la profesión como son los aspectos militares, de vuelo, doctrinales de empleo, técnicas, tácticas y procedimientos de empleo, también están las tareas secundarias que soportan toda la actividad especialista de la Fuerza como es la informática, la comunicación social, la seguridad (security & safety) y otras más que se incorporan día a día.

Todas requieren un estudio concienzudo y con especialistas porque el avance es vertiginoso y vital el asesorarse para asegurar la supervivencia de una institución. Hoy hay que tratar los temas en tiempo real y deben actualizarse los conocimientos diariamente, sin improvisar, con mente abierta e integrando a la mayor cantidad posible de actores que se involucren, participen y lleven ellos mismos adelante los desafíos que nos impongamos.

INTRODUCCIÓN (Actualizado junio 2011)

Soy Asesor e Instructor en Prevención de Accidentes, especialmente en Seguridad y Protección contra Incendios y Medio Ambiente. Oficial Jefe de la Fuerza Aérea Uruguaya retirado en forma voluntaria, ya hace alrededor de 18 años.
Durante mi carrera ocupe diferentes cargos de mi especialidad, destacándose los de Oficial de Seguridad de Vuelo y Terrestre e Investigador de Accidentes Aéreos en el Factor Humano. Jefe de Planes del Comando Aerotáctico, docente académico, instructor e inspector de vuelo para aeronaves de combate y Oficial de Estado Mayor.
En los últimos años, me he desempeñado como Representante de Ventas y demostrador de Equipos Especiales de la firma Tornay & Mori S.A.; instructor junto al Inspector Reinaldo Albornoz - ex Sub Director de la Dirección Nacional de Bomberos en consultorías y capacitación de personal en gran cantidad de empresas nacionales.
He realizando cursos de: rescate con herramientas hidráulicas, sistemas de extinción por impacto IFEX 3000, incendios forestales, y tubos de salvamento Axel Thoms y recientemente, certificado en Código de Seguridad Humana - NFPA 101
Integro la Asociación Uruguaya de Protección contra Incendios como Vicepresidente. Y cómo extensión profesional, mantengo vínculos con los antiguos camaradas de armas, participando activamente en una asociación civil llamada "Grupo de Aviación de Caza (Simbólico), la cual me permite además, exponer en asuntos de Defensa Aérea.

Por eso, con un conocimiento importante es que pondré ahora en más a vuestra consideración sendos artículos profesionales a fin de elevar el aprestamiento de las personas y empresas, y de ser posible, alertar sobre los posibles riesgos potenciales a que estamos cotidianamente expuestos en el trabajo, hogar, transporte y actividades deportivas y de recreación, y así minimizar los accidentes que usualmente ocurren a las personas, bienes y operativa y tanto aflijen la economía de nuestro país y sus pobladores.
Ojala sea útil el aporte y espero que ustedes también, amplíen para mejorar los niveles de seguridad, calidad y productividad.